24 de agosto de 2011

JSF en apoyo a la lucha las y los estudiantes chilenos


Desde Juventud SIN Futuro queremos expresar nuestra solidaridad con el pueblo chileno que el pasado 5 de agosto fue duramente reprimido por la policía a las órdenes del gobierno de Piñera por ejercer su derecho a la manifestación y a la participación política, por exigir de forma masiva una reforma estructural de la educación que garantice que todos los chilenos puedan acceder a una educación pública y de calidad.

Durante los últimos meses Chile ha asistido a las protestas más intensas y multitudinarias del país en los últimos veinte años. Cientos de miles de estudiantes, padres y profesores han salido a la calle para pedir lo que es un derecho básico: una educación pública de calidad a la que todos y todas tengan acceso. La situación de la educación en Chile es una demostración clara de cómo la aplicación de la ortodoxia neoliberal empeora la calidad de la vida de la mayoría de la sociedad civil, anteponiendo el lucro de unos pocos al bienestar de los demás. Para pagar su educación superior, las estudiantes chilenas se endeudan pidiendo créditos millonarios
que siguen pagando después de haber terminado sus estudios. El sistema educativo chileno, privatizado en la dictadura de Pinochet, se ubica en el sexto lugar de los países con las tarifas de ingreso más caras del mundo –según datos de la OCDE. Esa misma organización señala que Chile es el país con mayores desigualdades en la calidad de la educación: en la práctica, la mercantilización se salda con el endeudamiento de la gran mayoría de estudiantes y un nivel educativo bajo si se compara con otros países de la región. No garantiza el acceso a la educación superior a todo el pueblo chileno, pero sí les asegura a los bancos y entidades crediticias sumas millonarias para seguir lucrándose con un derecho fundamental.

El gobierno chileno, al igual que los gobiernos europeos, se muestra servil con los intereses económicos y financieros y los coloca por encima de los intereses de las grandes mayorías de su país. Haciendo oídos sordos a las reivindicaciones de estudiantes, padres y profesores, que exigen que el Estado garantice un derecho fundamental al margen de las lógicas de beneficio empresariales, trata de poner parches a lo que constituye un problema estructural: la inexistencia de una educación pública y de calidad accesible para todas. Ante las masivas protestas de los últimos meses, que incluyen manifestaciones multitudinarias, unas 500 universidades y liceos tomados y cuentan con el apoyo y la participación de toda la comunidad educativa, el gobierno del derechista Piñera responde con una brutal represión, más de 500 estudiantes detenidos y miles de heridos en las cargas policiales: duras imágenes que recuerdan a escenas de la dictadura militar.

En Chile como en Grecia, en Italia, en Francia, en el Estado Español, el pueblo digno y la juventud organizada seguirán negándose al recorte de derechos: el futuro es patrimonio de los que creen en el presente. El futuro es nuestro, y vamos a recuperarlo: nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos todo.

Viva la lucha de los estudiantes chilenos, viva la lucha del pueblo:
 ¡SIN MIEDO!