¡Banqueros y Políticos: sacad vuestras manos de los servicios públicos!
El pasado 14 de Septiembre, la comunidad educativa madrileña tomó las calles de la ciudad, bajo la consigna “La educación no es un gasto, es una inversión”, en una protesta que convocó en torno a 50.000 personas.
En una manifestación para todos los públicos, profesores, estudiantes, padres y niños, mostraron su indignación ante los recortes en educación aprobados por el Gobierno de la Comunidad de Madrid para el presente curso. Éste es solo un ejemplo de los recortes que está sufriendo la educación pública a lo largo de todo el Estado.
El “tijeretazo” prevé la reducción del número de profesores de Secundaria como el aumento de la jornada lectiva de los mismos; ahondando en la precarización de la educación pública española, que ya obtiene los puestos más elevados de fracaso escolar de la Unión Europea.
En vez de ser la comunidad educativa un espacio que permite el pleno desarrollo de los miembros que la conforman, el ámbito de la educación es progresivamente adaptado a la lógica del sistema productivo vigente de obtener rentabilidad, como nos muestra la desgravación fiscal de la enseñanza privada o concertada, el innovador “bachillerato de excelencia”, o el futuro proyecto de reforma universitaria, la Estrategia Universidad 2015.
La incipiente pérdida de soberanía de la ciudadanía y, como consecuencia directa, la legitimidad del Gobierno, se materializó a principios de Septiembre en el techo constitucional que PP y PSOE impusieron al gasto público. Los recortes en la educación pública muestran los primeros síntomas de esta constitucionalización de la precariedad, que ahonda en el deterioro y la privatización que los servicios públicos sufren a manos de los especuladores.
El R€gimen nos ha demostrado, desde comienzos de la crisis económica, la voluntad de que ésta sea saldada a través de la socialización de las pérdidas, mediante el abandono de la lógica social del Estado y la cesión ante los dictados de instancias supranacionales no elegidas democráticamente, tanto públicas (BCE, FMI) como privadas.
Los servicios públicos, como la Educación, la Sanidad o el Transporte, se encuentran, por lo tanto, en el punto de mira de los bienllamados “mercados”, que tienen como objetivo privatizar las partes rentables de los mismos, convirtiéndolos en un negocio, y transformar el resto en sistemas de beneficencia, privándonos de nuestro derecho a ellos.
El 14 de Septiembre, demostramos que la movilización colectiva es indispensable, que la resignación y la inercia están lejos de ser la única alternativa. Se evidenció con creces, que tal estado anímico se resquebraja y suena más a tópico construido, que interesa a unos pocos, que a verdad.
La apropiación de los espacios comunes permitió, una vez más, entonar cánticos de lo posible. El reclamar las calles a alzada voz convirtió el disenso en expresión colectiva.
El domingo 18 de Septiembre, Juventud Sin Futuro, volveremos a tomar las ciudades a lo largo del Estado, uniéndonos a las manifestaciónes convocadas por el
CAS Madrid,
Soy Pública,
Grupos del 15-M y diversas organizaciones de los movimientos sociales, para defender los servicios públicos de la lógica neoliberal hegemónica; para demostrar que no somos rentables, sino imprescindibles.
¡Abajo el R€gimen!
