10 de julio de 2012

#MarchaNegra

Recortes en gasto público, retroceso en los derechos laborales, desahucios, pérdida de soberanía, rescates a los bancos y precariedad y miseria para las mayorías. Esto es lo que el régimen de la Troika y los mercados impone al 99% de la población, que está siendo víctima del expolio organizado. En el mundo que tratan de construir sobre las cenizas de nuestros derechos, la educación pública es un gasto ineficiente, al igual que la sanidad pública y el transporte. Nos son rentables, y quien los quiera que se los pague. Tampoco lo es para ellos el carbón, y por eso cuando hacen sumas y restas se dan cuenta que les sobran los mineros.



A ellos les ha llegado la última embestida en una ofensiva política dirigida a aplastar a los trabajadores allí donde perdura la dignidad obrera labrada a lo largo de generaciones de lucha. Sin embargo, frente a la lógica de las sumas y las restas del beneficio privado, los mineros se han levantado y a través de manifestaciones, cortes de ruta, acampadas, encierros en los pozos y, sobre todo, organización colectiva, han conseguido plantarle cara al ministro Soria. Luchan por ellos, por su presente, pero también por el futuro de sus hijos y sus pueblos. Y en tiempos de ataques de los de arriba, su dignidad brilla entre los de abajo. Por eso, desde Juventud Sin Futuro nos mostramos solidarios con su justa y legítima lucha.

Esta ofensiva la estamos sufriendo las de abajo, a todas nos están robando la casa, el curro, la pensión y la educación. Donde ya no hay minas ni fábricas, el mercado laboral de la precariedad urbana nos expulsa en masa y nos condena al paro o la emigración. Porque nosotras, al igual que ellos, también luchamos por nuestro futuro.


Además, también mostramos nuestra solidaridad con quienes sufren los golpes, porrazos y pelotas de goma que manda el Gobierno. En un pequeño pueblo como Ciñera y en la gran metrópolis de Madrid se ve la misma imagen, agentes de policía entrando a los hogares de las que luchan para llevárselos detenidos.


Por todo esto, recogemos la convocatoria del movimiento 15-M y llamamos a todas aquellas que están sufriendo la crisis, especialmente a las jóvenes precarias y paradas a las que se les está robando el futuro, a salir a la calle el día 11 de julio, junto a los mineros, para hacer una muestra de solidaridad y apoyo mutuo entre las de abajo.