30 de julio de 2012

Nuestras tasas no pagarán su deuda

Ante el anuncio del aumento de más del 200% en el precio de los másteres universitarios...

Nuestras tasas no pagarán su deuda

Hasta hace apenas unos días, quien solicitaba información sobre el proceso de matriculación de máster en la Comunidad de Madrid recibía siempre la misma respuesta: seleccione usted el pago fraccionado, y ya le diremos cuánto le vamos a cobrar. La incomprensión ante tal estupidez y la incertidumbre de no saber si iba a ser posible pagar chocaban contra un “lo siento”. El tasazo que el ministro Wert anunció en abril no concretó los porcentajes de subida en este nivel educativo y hasta este jueves 26 de julio la CAM no había establecido los precios públicos de los estudios universitarios de posgrado. Finalmente, cuando ya es demasiado tarde para que las estudiantes admitidas en los posgrados rectifiquen sus planes vitales para el curso que viene, el Gobierno dirigido por Esperanza Aguirre ha anunciado los nuevos precios del máster universitario en la Comunidad de Madrid.




Resultado: lo que hace un año costaba, en el peor de los casos, 32’93€ (precio del crédito en la primera matrícula de la mayoría de másteres), costará a partir de este curso una media de 86 euros. Los precios de másteres no habilitantes (aquellos que no son obligatorios para ejercer una profesión) serán de un 50% y un 75% del “coste real”, en primera y en segunda matrícula respectivamente, con mínimos impuestos de 65 y 97 euros por crédito en cada casoPara los másteres habilitantes (como Formación del Profesorado o Abogacía) el precio será, en casi todos los casos, de 35€ por crédito. La excepción la marcan las universidades Carlos III y de Alcalá de Henares, que cobrarán, por petición propia, 75€ por crédito.

Por su parte, las estudiantes procedentes de fuera de la Unión Europea, en una disposición absolutamente xenófoba, deberán abonar el 100% del “coste real” en cualquiera de los casos, un coste calculado mediante criterios distorsionados y que está siendo empleado como principal argumento para la subida de precios. Criticamos que la medida salga a luz en verano, cuando los estudiantes, de vacaciones, ya están matriculados y sin apenas margen para reorganizar su vida.

Una vez más, el R€gimen se reafirma en sus políticas de destrucción de la Educación y de todos nuestros derechos civiles y servicios públicos. No se trata de meros ajustes presupuestarios; nos encontramos ante un ataque complejo y organizado que busca eliminar cualquier resquicio de acceso igualitario al sistema de enseñanza, cada vez más devaluado debido a los numerosos recortes y despidos, y al deterioro de las infraestructuras. Desde Juventud Sin Futuro queremos manifestar nuestro profundo rechazo a esta brutal agresión, que ahonda todavía más el pozo en el que nos encontramos la mayoría de los jóvenes de este país. La tasa de paro más alta de de Europa y, ahora, la imposibilidad de estudiar a precios accesibles condenan a nuestra generación al exilio. Ni nos dan trabajo ni nos dejan estudiar: nos obligan a emigrar.




Con la aplicación del Plan Bolonia y la implantación de los grados, el movimiento antibolonia ya denunciaba que el nuevo plan conllevaría la obligación de estudiar un máster tras finalizar la carrera para adquirir cierta especialización. Advertíamos de la posibilidad de que los másteres pudieran tener precios que no fueran accesibles para la mayoría y que los estudios universitarios podrían convertirse en un privilegio de la élite económica. Lamentablemente Esperanza Aguirre nos ha dado la razón y ha acabado con lo poco que quedaba de igualdad de oportunidades en el acceso a la formación superior.

Denunciamos esta desorbitada subida de tasas en unos estudios que están totalmente infravalorados en el mercado laboral. Nos negamos a aceptar como convierten en la universidad en una fábrica de precarios para la mayoría y una institución de reproducción de élites para la minoría. Rechazamos tener que pagar la deuda que han generado los bancos también en las tasas universitarias. Lo rechazamos ahora y lo denunciaremos en septiembre en las facultades y en las calles. Cada vez somos más y tenemos menos que perder, pronto el miedo cambiará de bando...
¡La educación no es un negocio, es un derecho!
¡La Universidad no va a pagar su deuda!
¡Por una Universidad del 99%!