Nos enfrentamos a un contexto en que la
austeridad dirigida y orquestada desde las élites europeas, “sugerida” por la Troika y aplicada por los
gobiernos (tanto los tecnocráticos como los supuestamente representativos), se
impone a nuestro alrededor intentando apropiarse de cada parte de nuestras
vidas. En esta crisis que nos han vendido y que no es sino una gran estafa, se
hace necesario identificar las herramientas de las élites para la explotación
continua de los pueblos y el desmantelamiento del bienestar social y lo servicios
comunes, entre ellos la universidad.
Para justificar las medidas destinadas a
aumentar los beneficios de una minoría, el Régimen dispone de infinitas maneras
de privatizar lo público mientras dice que hace justo lo contrario.
La deuda ha sido una herramienta
terriblemente útil para la destrucción y el desmantelamiento de la educación
pública, desde los niveles más primarios (actuando como justificación para el
aumento de horas lectivas, la subida del número de alumnas por aula o lafamosa medida de los tuppers del gobierno regional del PP) hasta la Universidad , donde nos
encontramos con una deuda doble: la de las instituciones y la del estudiantado.
Pancarta vista en Granada, publicada en Diagonal |
Las estudiantes arruinadas
(el curso más barato en la Universidad Complutense cuesta 1280 euros y un master
público en la Universidad de Alcalá de Henares puede costar fácilmente 6000
euros), hipotecadas debido al cambio de beca a préstamos que introdujo el Plan
Bolonia (destinados a hipotecar al estudiantado, endeudándolo y generando
beneficio empresarial a medio plazo), se ven abocadas a aulas sin espacio (en Arquitectura
de la
Universidad Politécnica , hay colas media hora antes para
poder conseguir sitio) en facultades sin suministro de gas ni calefacción (como
Veterinaria de la UCM ),
dando menos horas de las estipuladas (al grado de Filosofía de la UCM le ha desaparecido un día
lectivo a la semana) o descubriendo que han despedido al único profesor que
impartía una asignatura en donde ya están matriculadas (caso común en varias
carreras de la
Universidad Rey Juan Carlos).
En esta línea, por clarificar y proporcionar
ejemplos concretos, la
UCM tiene una deuda de alrededor de 170 millones de euros y una enorme
presión para cumplimentar los objetivos de déficit marcados como línea roja por
los de arriba, que ven su dinero en juego y harán todo lo posible para agudizar
los recortes. Lo que el movimiento anti-Bolonia supo ver hace años está ya en
marcha: en los próximos meses cabe esperar la práctica destrucción del tejido
universitario, donde se empieza a atisbar fusión de facultades, despidos
masivos de PAS y PDI y precarización del personal investigador.
Pero sin duda, uno de los colectivos más
afectados es el estudiantado, por formar la mayor comunidad en el mundo académico
y por configurar un sector que, con los nuevos Grados universitarios, se expone
a lógicas atravesadas por la deuda. Nuestra situación se precariza y nuestras
únicas ayudas, las becas universitarias, se encaminan a la transformación en
prestamos bancarios, sobre todo del Banco Santander. Tal y como proponían,
casualidades de la vida, los expertos de “Bolonia” y los empresarios de la
educación integrados en la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y
Acreditación, la ANECA.
Porque la deuda es un poderoso mecanismo
de explotación de los pueblos que tiene en cabeza la destrucción de la
educación pública; porque nos pasamos cuatro años estudiando y cuarenta
pagando; porque no nos creemos que no haya otra manera y porque nos negamos a
que los verdaderos culpables acaben, otra vez más, siendo los beneficiarios.
Por todo esto, llamamos al estudiantado a unirse a la movilización social,
participando activamente en la manifestación del próximo 13 de Octubre.
Porque en la Universidad :
#NodebemosNopagamos